Examen Visual Completo

¿Cada cuánto tiempo debería realizarme un examen visual?

Nosotros recomendamos realizarse un examen visual al menos una vez cada dos años en el caso de los adultos y cada año en el caso de los niños. Pero si tienes algún síntoma o motivo por el cual te preocupe tu visión, puedes pedirnos cita en cualquier momento.

¿Cuánto cuesta un examen visual?

El coste del examen visual oscila entre gratuito, 20 y 50 euros; en función de las pruebas que haya que realizar. Para tener más información sobre el coste del examen y saber la conveniencia de realizarse uno u otro, no dudes en ponerse en contacto con nosotros.
Hay personas que pueden tener un alto riesgo de desarrollar problemas con su visión, como, por ejemplo:
• Aquellos con antecedentes familiares de glaucoma.
• Aquellos con edades de 40 años o superior (baja prevalencia)
• Y aquellos con edades de 60 años o superior (moderada-alta prevalencia).
Si estás en alguno de estos grupos, merece la pena hablar con tu óptico-optometrista para saber con qué frecuencia debes examinarte la vista.

¿Qué ocurre durante un Examen Visual?

Una prueba de la vista implica una serie de controles para evaluar tu visión y comprobar la salud general de tus ojos. Más que revisar tu visión o graduar la vista, es un control general de la salud ocular, por dentro y por fuera. Los ojos pueden verse afectados por varias condiciones que pueden detectarse de forma precoz mediante un examen visual, lo que reduce las posibilidades de que afecte a tu visión. Tus ojos pueden incluso indicar signos de problemas de salud general como la hipertensión arterial y diabetes.
Las enfermedades detectadas por un examen visual pueden, en muy raras ocasiones, poner en peligro la vida, por lo que los exámenes visuales son una parte importante de los controles de salud regulares. Hay cuatro partes principales para tener en cuenta en una típica prueba ocular:

Anamnesis y síntomas

Es la parte del examen visual en la que manifiestas a tu óptico-optometrista cualquier inquietud que tengas sobre tus ojos, visión, gafas y/o lentillas actuales, y cualquier otro síntoma que estés experimentando y que necesite de más investigación. El óptico-optometrista te preguntará acerca de tu salud general, medicamentos, cualquier tratamiento anterior en tus ojos o antecedentes familiares con problemas de visión, tu estilo de vida. Esta información nos ayuda a adaptar la prueba de la vista para que se adapte mejor a tus necesidades.

Las pruebas preliminares

Antes del examen completo de la vista, realizamos unas pruebas previas que, dependiendo de tus necesidades individuales, se puede usar una variedad de diferentes equipos de diagnóstico en estas pruebas previas, que incluyen:

Medida de la Presión Ocular (Tonometría de no contacto):

Un tonómetro soplará una suave bocanada de aire sobre la superficie de cada ojo para medir la presión interna, este valor nos puede ayudar a evaluar el riesgo de desarrollar glaucoma.

Prueba con Auto-refractómetro y biometría:

Estos aparatos miden la capacidad de enfoque de tus ojos, lo que ayuda a calcular una estimación de tu receta/graduación; y qué de largos o cortos son tus ojos.

Las principales pruebas oculares

El óptico-optometrista comprobará la salud de tus ojos y buscará signos de otras posibles afecciones médicas

Retinoscopía:

Esta prueba de visión se usa para evaluar qué tan bien pueden enfocar tus ojos. Mientras enfocas un objeto en la distancia, tu óptico-optometrista encenderá una luz en cada ojo, colocando diferentes lentes frente a ellos para ayudar a calcular tu graduación.

Medida de la AV (agudeza visual):

Tu óptico-optometrista te pedirá que leas letras de diferente tamaño. Esto mide tu agudeza visual (qué tan bien puedes ver con y sin lentes) para determinar si tienes una visión del 100% o si necesitas una receta/graduación para conseguir la mejor visión posible.

Oftalmoscopio:

Esta linterna especial se usa para examinar la retina, nervio óptico y tus vasos sanguíneos (parte posterior del ojo) para asegurarnos que están sanos.

Lámpara de hendidura:

Una lámpara de hendidura es un potente microscopio que se utiliza para examinar la superficie frontal de los ojos (córnea, iris, cristalino, conjuntiva y párpados) en busca de anomalías o rasguños, lo cual es importante sobre todo en los usuarios de lentes de contacto.

Topografía Corneal:

Se trata de una técnica no invasiva que se realiza a través de un ‘topógrafo’, es decir, de un sistema computerizado que analiza la parte externa del ojo (córnea) y muestra alteraciones que son indetectables mediante otros sistemas a través de diferentes colores.

La topografía corneal es una técnica fotográfica especial que hace un trazado de la superficie corneal del ojo. Funciona de forma muy similar a un mapa 3D (tridimensional) del mundo, que ayuda a identificar características como montañas y valles.

Es muy útil en la detección de alteraciones corneales y sobre todo en la adaptación y seguimiento de aquellas personas que quieren usar o ya usan lentes de contacto.

Retinografía y escáner OCT:

La retinografía es una fotografía de la parte posterior de tus ojos, se realiza con una cámara de fondo de ojo. Esta imagen se guardará para monitorear cualquier cambio en la salud ocular en futuras visitas. El escáner OCT (Optical Coherence Tomography, siglas en inglés) es un escaneo de la parte posterior de tus ojos para ver las estructuras con mayor detalle que la retinografía, lo cual ayuda a realizar una muy buena sospecha de cribado diagnóstico ante signos de afecciones oculares como el glaucoma y la retinopatía diabética hasta cuatro años antes que los métodos tradicionales. En caso de detectar signos sugerentes de estas posibles patologías se remite al especialista adecuado para el diagnóstico temprano de la enfermedad ocular y minimizar al máximo la futura pérdida de visión o problema de salud general.

Tanto la retinografía como el escaner OCT sólo se tardan unos segundos en realizarse y son pruebas no invasivas, es decir, no requieren de tener que echar ningún tipo de fármaco en el ojo ni implica ningún tipo de contacto.

Resumen y consejos

Una vez que se hayan realizado las pruebas pertinentes, tu óptico-optometrista estará en disposición de poder comentarte los resultados y ofrecer cualquier consejo. Esto puede ser desde un sencillo “todo está bien” en cuanto a la salud de los ojos, o puede que te hable sobre opciones de lentes personalizadas para que coincidan con tu receta, alivio de síntomas y estilo de vida. En este punto también se analiza la posible remisión a un médico especialista.

Cómo entender los resultados de tu examen visual

Al final del examen visual, el óptico-optometrista te explicará y dará una copia de la receta junto con el resto de las pruebas realizadas y podrá responderte a cualquier otra pregunta que te pueda surgir a la vez que, si lo necesitas, le recomendará las mejores opciones para tu caso en particular.

Necesito un examen de la vista

Se recomienda hacerse un examen de la vista al menos cada dos años; sin embargo, si has notado un cambio en tu visión, es mejor que te lo hagas lo antes posible.

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